Como coach de equipos, he observado que uno de los mayores desafíos que enfrentan las personas al trabajar juntas es la capacidad de mantener una comunicación efectiva y construir relaciones basadas en la confianza. Para abordar este reto, los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz pueden ser una guía valiosa y herramientas poderosas para mejorar la dinámica de cualquier equipo.
Primer Acuerdo: “Sé impecable con tus palabras”
El primer acuerdo nos invita a ser conscientes del poder de nuestras palabras. En el contexto de un equipo, la comunicación es clave. Ser impecable con las palabras significa expresar lo que realmente queremos decir, evitando los malentendidos y el uso de un lenguaje negativo que pueda dañar la moral del equipo.
En lugar de criticar destructivamente a un compañero por un error, podemos ofrecer una retroalimentación constructiva que lo motive a mejorar. Al ser conscientes del impacto de nuestras palabras, promovemos un ambiente de respeto y apoyo mutuo. Este acuerdo ayuda a crear una cultura de comunicación abierta y sincera, donde cada miembro del equipo se siente valorado y respetado.
Segundo Acuerdo: “No te tomes nada personalmente”
En un entorno de trabajo en equipo, es inevitable que surjan diferencias de opinión o conflictos. El segundo acuerdo de Ruiz nos recuerda que no debemos tomar las acciones o palabras de los demás como un ataque personal. Cada persona actúa desde su propio conjunto de creencias y experiencias, y lo que otros hacen o dicen suele reflejar más sobre ellos que sobre nosotros.
Cuando adoptamos este acuerdo, podemos responder a los desafíos de manera más objetiva y sin cargar con el peso emocional que a menudo dificulta la resolución de conflictos. Esto nos permite mantener una mente abierta y concentrarnos en soluciones en lugar de problemas. Además, así fomentamos la resiliencia y reducimos el estrés dentro del equipo.
Tercer Acuerdo: “No hagas suposiciones”
Las suposiciones son una fuente común de malentendidos en los equipos. El tercer acuerdo nos insta a no hacer suposiciones y, en cambio, a tener el valor de preguntar y aclarar nuestras dudas. Esto es especialmente importante en el trabajo en equipo, donde la claridad en los roles, responsabilidades y expectativas es esencial para el éxito colectivo.
Al practicar este acuerdo, se evita la creación de falsas expectativas y la propagación de información errónea. Cuando un miembro del equipo no entiende una tarea o una instrucción, en lugar de asumir, debe sentirse empoderado para pedir aclaraciones. Esta práctica no solo mejora la eficiencia, sino que también fortalece la confianza entre los miembros del equipo, ya que se minimiza el riesgo de conflictos y errores debido a malentendidos.
Cuarto Acuerdo: “Haz siempre lo mejor que puedas”
El último acuerdo nos recuerda que siempre debemos esforzarnos por dar lo mejor de nosotros mismos, sin importar las circunstancias. En un equipo, este acuerdo se traduce en la dedicación y el compromiso de cada miembro para cumplir con sus responsabilidades de la mejor manera posible.
También nos enseña a ser flexibles y a adaptarnos a las situaciones, reconociendo que nuestro “mejor esfuerzo” puede variar dependiendo de nuestras circunstancias. Fomentar esta mentalidad en un equipo significa valorar el esfuerzo individual y colectivo, sin caer en la trampa de la perfección. Al hacerlo, se crea un ambiente donde el aprendizaje continuo y el crecimiento son prioritarios.
Los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz ofrecen una perspectiva valiosa para mejorar el trabajo en equipo creando un entorno de trabajo más saludable, colaborativo y productivo.
Como coach, invito a los equipos a reflexionar sobre estos principios y a integrarlos en su cultura de trabajo diaria.
